viernes, 18 de abril de 2014

Gabriel García Márquez

Probablemente pase. Probablemente en unos años mis hijos me pregunten quién fue este escritor y por qué tanto "barullo" con su vida y obra. Probablemente también me pregunten lo que estaba haciendo el día en que se anunció su muerte y es por eso, por el probablemente, que he decidido escribir esta entrada...

"Separaba la basura de unas cajas cuando me llegó una notificación del celular" les diré. El día anterior (así como el anterior a ese) había llovido tan fuertemente que dos cuartos de la casa se habían inundado debido a la inmensa granizada, la mayor en casi dos décadas; por lo que el momento que tanto había esperado su abuela (mi madre) llegó inevitablemente y por fin abrí aquellos recuerdos para deshacerme de ellos. ¿Qué había dentro? Juguetes, foami, libros escolares, basura, collares, pulseras, colores... pero aunque entrañables, ninguno me causó tanto impacto como aquel aviso de Noticieros Televisa.

El celular decía "El escritor y poeta Gabriel García Márquez falleció esta tarde". No tengo idea de cómo se enseñará literatura en la posteridad pero cuando leí esas letras lo primero que vino a mi mente fueron aquellas tareas escolares donde nos dejaban leer sus obras, entre ellas "Crónica de una muerte anunciada", que recuerdo haber odiado pues estaba llena de "paja" y no conducía a ningún lado. "No la volvería a leer jamás" me dije en ese momento, "no me gustó", y por un momento me disculpé mentalmente por la grosería con el señor.

Mi madre me regaló "Doce cuentos peregrinos", la verdad nunca lo terminé de leer.

Mi prima debe su nombre a uno de sus libros, cabe destacar. Amaranta. Personaje de "Cien años de soledad". Obra que leyeron mi tía, mi madre y mi prima (por supuesto) y que tanto me he negado a leer debido a que me contaron el final, y odio que me cuenten los finales: "¿Para qué lo leo si ya me lo arruinaron?" Exclamé. Lo siento Gabo.

"La fiebre por las redes sociales, el Facebook por ejemplo, estaba en su pleno apogeo. Había frases de artistas, escritores, inventores y demás por toda la internet, por supuesto de García Márquez también" les explicaré. Frases como:

 “La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener”

“El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”

“Dile que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no”

"Y la gente las adornaba con imágenes o fondos simples o complejos para resaltarlas". Así se vivía en el 2014, con una fiebre de semi poetas frustrados y a veces mal hablados o escritos que servían como desahogo para expresar (sobretodo) el desamor y la soledad. Esa red social se volvió como otras tantas veces, en la boca de todo fanático de la lectura, y de otros que no lo eran tanto, pero que gustaban (como siempre) de decir que a ellos les había dolido su partida aunque sólo hubieran leído una sola de sus obras. Y a veces ni eso.

El último libro que compré de él, por cierto, fue "Memoria de mis putas tristes" como regalo de cumpleaños para mi tía Lucina, que gusta de ese escritor y ese título faltaba a su colección, mi madre también lo compró para ella. Y por cierto, sí, no le gustó. Y tampoco leí.

Finalmente, y a pesar de lo que la persona detrás de esta pantalla pueda pensar o decir, sé que tenía millones de lectores fanáticos, se notaba hasta en las ferias de libros (¿Existirán cuando les cuente esto a mis hijos? ¿Existirá la obra escrita en papel o todo será por medio de la magia digital?). Recuerdo aquella en el Palacio de Minería, donde inclusive dedicaron una sección sólo a los libros de Gabriel, podías buscar por secciones de novelas, ficción, educativos y claro, Gabriel García Márquez, una repisa para él solo, llena de sus títulos, la gente buscando entre ellos para ver cuál les llamaba la atención.

Adiós Gabo, adiós Nobel del realismo mágico, ícono literario. Algún día puede que le cuente a mis hijos todo lo que recuerdo de ti, y si no lo hago, siempre podré recurrir a esta entrada y leerla para no olvidar un detalle. Espero que allá arriba, donde estés, sigas escribiendo, mira el mundo y relata lo que ves, pues todavía hay muchas historias que contar.

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